De las letras a las plantas: un pequeño homenaje a Victor Manuel Patiño

Por: Jhon Infante-Betancour
Fotografía: Teddy Angarita-Sierra y Jhon Infante-Betancour

Un campesino, un indígena o un afrodescendiente; que viven y disfrutan un espacio rural; tienen en común el goce y conocimiento por las plantas que usan, han usado y seguirán usando a pesar del destierro, la humillación y la flagelación que han vivido por siglos; herencia de la colonización europea.

En un mundo de doctores en filosofía (Ph.D.), pocos han entendido la universalidad de la ciencia y cómo esta manifestación de la cultura se entrelaza con todos los aspectos de la vida, desde la cocina hasta el amor. Ilustres hombres sin títulos, como el que es protagonista de este pequeño homenaje, entendieron esto desde su cotidianidad, desde su ruralidad, y emprendieron la tarea de sintetizar y hacer visibles aspectos de la vida que hacen parte de la ciencia, así como la ciencia hace parte de artes y prácticas, sin necesidad de etiquetas.

La primera vez que escuché sobre Víctor Manuel Patiño, fue en una clase de botánica económica con el profesor que para mí es sinónimo de rebeldía y de amor a su tierra y a su origen, un hombre atragantado de historias, y nacido Villeta, uno de los municipios más turísticos de Cundinamarca: Edgar Linares. Este hombre alto, de sonrisa perpetua y letras por doquier, comenzó su habitual relato lleno de frutas colombianas, fibras, bosques, cuencas y libros, cuando en su frecuente e interesante crítica al modelo de educación habló de él, un técnico agrícola, callado y pequeño, según recordaba Edgar, que se transformaba al compartir sus conocimientos y hablar de plantas y tradiciones con los habitantes de la enorme ruralidad del país.

Las manos, las plantas y el tiempo, ingredientes del conocimiento que recopilo Víctor Patiño

Las manos, las plantas y el tiempo, ingredientes del conocimiento que recopiló Víctor Patiño.

Cuando comenzó a mencionar su obra quedé perplejo e impactado con la cantidad de información que había recopilado en toda su vida y su pasión por la historia, la literatura y las plantas útiles. Enseguida, llevado por la curiosidad, me dirigí a la biblioteca central de la universidad, y en medio de la emoción por conocer más de la obra de este ilustre vallecaucano, digité su nombre en un viejo computador que arrojó las siguientes palabras: “Plantas cultivadas y animales domésticos de la América Equinoccial”, título un tanto extraño para mí, pero sobre el cual me abalancé.

Caminé lentamente entre los estantes, buscando el número de referencia del libro, cuando lo encontré; y no era un solo libro, como esperaba, sino la abrumante suma de seis tomos, solamente de ésa publicación. Al leerlos, sus letras me hicieron recordar a los naturalistas del siglo XIX, como Richard Spruce, pero este “naturalista” nació en mi tierra, bajo una estela de pobreza con un paisaje que lo inspiró a generar una obra impresionante, que supera los 30 libros, desconocida por la mayoría de los colombianos.

Siguiendo en el estante, lo que más me impresionó fue una obra titulada “La flora en la poesía”, un trabajo que en algunos ámbitos de las ciencias biológicas de la actualidad, sería impensable por su carencia de rigor estadístico, y que, por el mismo amor que siento por las plantas, inmediatamente tomé en mis manos y leí. Letras y plantas, no lo podía creer, era como un tamal literario envuelto por la selva, compilado a lo largo de los paisajes de Latinoamérica.

Siempre rodeado de becas, este ratón de biblioteca, fue una inspiración por el nivel de síntesis que logró, recogiendo información sobre nuestras plantas útiles, cultivadas y silvestres; los animales domésticos y sus historias y cómo la historia se desarrollaba alrededor de estas.

Una pequeña parte de la obra de Víctor Patiño.

Una pequeña parte de la obra de Víctor Patiño.

La obra de Victor Manuel Patiño es una mezcla llena de la cocina venida de su obra “La alimentación en Colombia y en los países vecinos”; de las reconocidas y pomposas Palmas, como lo destaca la dedicatoria de los ilustres botánicos Gloria Galeano y Rodrigo Bernal en su obra “Palmas de Colombia”; de historia, como lo retratan los títulos de los libros y sobre todo de una inmensa pasión que compartimos muchos por ese universo lleno de colores, formas, sabores, olores y sentimientos que llamamos plantas.

Esta fascinación también me trae nostalgia, por un país que no reconoce sus valores, su riqueza, su capital humano; que no reconoce a esos grandes hitos de su historia; que, como Víctor Manuel Patiño, a pesar de todos los homenajes que recibió, quedan relegados en la memoria colectiva detrás de otros, nacidos en tierras extranjeras, con invaluables aportes, pero que niegan de alguna manera el amor por lo nuestro, por nuestras construcciones e interpretaciones.

Para conocer más de la obra de Víctor Manuel Patiño pueden visitar los siguientes sitios en la Web:

http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/victor/index.htm
http://www.banrepcultural.org/node/32611
http://etnobiologiacolombia.org/index.php/multimedia/eventos-futuros-2/118-vida-y-obra-de-victor-manuel-patino

One thought on “De las letras a las plantas: un pequeño homenaje a Victor Manuel Patiño

  1. Nos hace falta a los colombianos saber más sobre personajes como éste, cuya historia de vida parecer ser similar a la de grandes científicos solitarios famosos de la historia (como físico se me viene a la cabeza compararlo con Isaac Newton), y cuyos países de origen han reconocido la importancia de labores de difusión como ésta, contándole al resto del país y del mundo sobre todo lo que aquí está pasando, personajes que por desgracia no son tan famosos en la cultura popular. Muchas gracias por la información.

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