Culebriando con YOLUKA

Por: Luisa F. Montaño Londoño, Sebastian Di Domenico y Teddy Angarita Sierra

Fotografías: Luisa F. Montaño Londoño,Sebastian Di Domenico y  Christian Daniel Rodriguez

Culebreros, culebreras, amantes de las serpientes, profesionales del sector ambiental y salud, se reunieron del 18 al 20 de junio, en la cálida y húmeda Villavicencio con el ánimo de explorar, descubrir y disfrutar la escamosa naturaleza de uno de los reptiles más temidos en el país, LAS SERPIENTES.

En una soleada mañana bogotana emprendieron su camino 30 apasionados  por la verdadera lengua viperina a través de la serpenteante vía Bogotá-Villavicencio. Entre risas nerviosas, tímidas charlas y pesados sueños conversaban entre ellos compartiendo sus experiencias culebreras, anhelando llegar pronto para expandir su mente reptiliana.

Sobre las 10am, arribaron a la Estación Biológica Tropical Roberto franco (EBTRF) de la Universidad Nacional de Colombia, encontrándose rodeados de monumentales caimanes llaneros de más de 4m y 300kg que los miraban pesadamente mientras tomaban el sol. Curiosas tortugas alargaban sus cuellos para observar a los micos de piel lisa que las rodeaban riendo y tomando fotografías.

Caiman llanero (Crocodylus intermedius)  Foto por: Sebastian Di Domenico

Caiman llanero (Crocodylus intermedius) Foto por: Sebastian Di Domenico

Una vez instalados, bañaditos algunos…y almorzados, los culebreros y culebreras asistieron sin falta a la primera sesión de conferencias recorriendo desde la historia natural de las serpientes, su anatomía, fisiología y reproducción hasta la taxonomía y riqueza de los ofídios Colombianos.

La sensación y ansias de ver una serpiente solo crecían entre sus mentes. Por fortuna, el segundo día recibieron una clase de manejo de ofidios donde Teddy Angarita y Francisco Ruiz con ayuda de Marvin anganoy, Gustavo Gonzalez y Raul Pedroza, les mostraron las diferentes técnicas de captura, identificación y manipulación de estos animales. Para muchos era la primera vez que veían una boa esmeralda (Corallus batesii) y una cascabel tropical (Crotalus durissus) sin ninguna barrera entre los animales y ellos. Para añadirle más emoción al ejercicio, el maestro Francisco no solo manipuló 2 de las serpientes más temidas sino que también sacó el veneno de una de ellas.

Cascabel (Crotalus durissus)  Foto por: Luisa F. Montaño Londoño

Cascabel (Crotalus durissus) Foto por: Luisa F. Montaño Londoño

Después de semejante dosis de adrenalina y admiración siguieron las prácticas de campo. En lo personal para Sebastian Di Domenico fue la mejor parte del curso ya que existía la oportunidad de encontrar animales salvajes. Lamentablemente en la primera practica de campo terminaron encontrando 3 sapos, 4 lagartos, 2 arañas cangrejo y un gran lobo pollero (Tupinambis teguixin). ¡Y CERO CULEBRAS! Lo que demuestra que para ser culebrero hay que tener mucha paciencia.

Paula  Gómez  Foto por: Luisa Fernanda Montaño Londoño

Paula Gómez Foto por: Luisa Fernanda Montaño Londoño

A pesar de esto, los culebreros no perdieron su entusiasmo, y las charlas sobre Identificación de serpientes, manejo y prevención del accidente ofídico aumentaron sus ansias. Así como, el respeto ante estos bellos reptiles, al ser conscientes del daño potencial que puede causar el manejo inadecuado por una mordida de una serpiente venenosa.

Durante la noche partieron a la segunda práctica, esta vez al pie de monte llanero a las afueras de Villavicencio. Una vez se dividieron en grupos comenzaron la búsqueda. No pasaron mucho tiempo dentro del bosque antes de tener el primer gran encuentro. Mientras caminaban por las orillas de una quebrada (La chorrera), Sebastián no pude evitar ver anillos rojos y negros entre el barro del suelo y de su boca salieron las emotivas palabras: ¡UNA CORAL! (Micrurus filiformis) Ante la emoción del hallazgo, todos recordaron el cuidado con el que se deben tratar estos animales, por lo cual empezaron a llamar a gritos a Francisco, para que fuera él quien la tomara en sus manos. Mientras Francisco llegaba al lugar, la coral intento huir, NUNCA ATACO. Después de 3 eternos minutos tratando de buscar al colorido animal por entre raíces y hojas, lograron capturarlo.

En esta noche la coral no sería la única culebra que encontrarían. Al mismo tiempo en la quebrada vecina, el grupo liderado por Teddy Angarita y Marvin Anganoy  hallaron un bello juvenil de la temida TALLA X (Bothrops atrox).Cuando caminaban todos en fila india bordeando la pequeña pero profunda quebrada, Omar Barrera, con una voz muy tranquila pero firme, dijo ¡CULEBRA! El pequeño juvenil se deslizaba sigilosamente entre la hierba que cubría las paredes húmedas de la quebrada.  En el momento de la captura  la serpiente estuvo muy serena, inmóvil. Típico comportamiento de las víboras cuando perciben una amenaza. Teddy la manipulo sin problema con la pinza, sin embargo, cuando procedía a tomarla por la cabeza, su cuerpo se balanceo vertiginosamente hacia el vacío, debido al angosto sendero. En ese instante el brazo de Julian Venegas ¡rápido como el rayo! sujeto el hombro de Teddy evitando una aparatosa y graciosa caída. Un vez retomada la calma, todos lograron observar la textura, color y belleza de esta víbora, la cual fue liberada nuevamente en la quebrada al final de la noche.

A la mañana siguiente, el delicioso desayuno de doña Monica alentó las fuerzas de los culebreros que a pesar de haber dormido muy poco por el muestreo nocturno. Cumplieron la cita de despertarse a las 5:00am para el último día de práctica en las plantaciones de palma de San Martin- Meta. Pesadamente, se fueron bajando uno a uno del bus que los arrulló por más de hora y media, Se formaron nuevamente en grupos y cada uno fue tomando un rastrillo para dar inicio a la búsqueda sistemática en los arrumes de hojas producto del corte de las palmas. La somnolencia desapareció de inmediato, cuando todos empezaron a ver y a oír que entre los diferentes grupos gritaban ¡SERPIENTE, CULEBRA, OTRA!, con frecuencia. Hacia la media mañana se habían encontrado cerca de 27 serpientes y al final de la jornada fueron 56 las serpientes que los apasionados pudieron manipular, contemplar y disfrutar.

Palma Sol, San martin- Meta  Foto por: Christian Daniel Martinez

Palma Sol, San martin- Meta Foto por: Christian Daniel Martinez

Juan Camilo Urueña - culebra viejita (Ninia atrata)   Foto por: Luisa F. Montaño Londoño

Juan Camilo Urueña – culebra viejita (Ninia atrata) Foto por: Luisa F. Montaño Londoño

Al volver a la estación eran las 6 de la tarde del 20 de junio, todos muy exhaustos pero satisfechos, después de haber descubierto los secretos de las serpientes, estos amantes de los reptiles se convirtieron en CULEBREROS DE ESCAMA FINA que por vocación propia han decidido CONSERVAR LA VERDADERA LENGUA VIPERINA.

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